martes, 21 de julio de 2009

otra...

Los pájaros revuelven mis oídos
aunque afuera llueve brutalmente.
No importan las tormentas, las del alma,
cuando un sólido amor sustenta el viento.
Y qué si hay pocas cosas que me queden.
Y qué si no te veo hace un minuto.
Los ojos de la noche que no ceden
me cantan tu susurro.
Será de día luego, volveremos
a ver los nubarrones o la calma.
Mientras haya un rincón en mi ventana
donde me lata el corazón de humo
no me importa, ni importan las esperas.
El sol que me ilumina...es ya rotundo.

No hay comentarios: