domingo, 26 de agosto de 2012

JUAN La tarde huele a vos. Un sacrilegio, sería, por ejemplo, la bailanta. Huele a vos . Lo que cuadra son Los Beatles, y el espejo feroz de tu mirada. La tarde huele a vos, y tanto invierno se ha arraigado en la piel de la que escribe, hasta el punto de no ver las mariposas que posan sus patitas donde vive...tu aura, que nunca partió de aquí. Tu huella, que vigila, itinerante. Tu espíritu, Presidente del Séptimo Cielo, donde te hacen orquesta los querubes.

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