viernes, 23 de agosto de 2013

Cansada de no cansarme
por una larga semana,
desbordada de las ganas
de volver a complicarme
con verbos y sustantivos,
con algún que otro adjetivo
y todos los plus del caso,
eché a volar mis deditos
sobre el teclado infinito,
que crece cuando me achico
y se corre cuando paso.
Y aquí estoy, aquí me tienen:
bablbuceando alguna excusa,
dando permiso a mi musa
para dar algún rodeo.
Bienvenidos los ausentes,
bienllegados los mal idos.
Los he extrañado, queridos...
no me cuelguen la galleta,
que en mi cara de profeta
las arrugas se han podrido...

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