miércoles, 9 de septiembre de 2009

para el que se lo tome personalmente

El ardor con que un cierto sujeto casi gallego
responde a mis frasecitas más inocentes,
me sugiere juegos de manos (y de dementes)
para aumentar el verso.
El silencio del suelo para las cosas
que semejan ser frutos, o simples flores,
trae escondido un cuento de mariposas
para libar amores.
Saltémonos el paso que nos obliga
a pedirle un autógrafo a este sujeto.
Colguémosle del cuello algún pimpollo
y corramos a festejar nuestra sed al viento.
Si de los cielos llegan a surgir gozos
esta mujer de nadie, tan distraída,
se buscará un marido de "sólo una",
para jugar al juego de la escondida.

No hay comentarios: