jueves, 17 de julio de 2008

héme aquí

Estuve intentando insertar unos nuevos Códigos de Luz que recibí, pero la información sólo tenía vínculo a direcciones de correo. De modo que no encontré la manera de agregarla en el blog.
El antebrazo ha estado medio hinchapelotas en el día de la fecha, probablemente porque esta mañana lo sobreexigí acomodando unos CDs en una nueva ubicación. Pero la verdad es que no me puedo quejar: se ha venido portando como un santo, sin dolor, sin molestias, sin nada.
Supongo que después me indicarán rehabilitación, porque hice la prueba de extenderlo por completo, y realmente no puedo.
Sigo leyendo los libros de Mati, a cuál más fascinante; ahora estoy con uno que narra la historia de la Tierra dentro de cien años...
La verdad es que si tuvieron que pasar casi veinte años para que un día pudiera disfrutar de esta sensación de "haber vuelto a casa", la espera valió, realmente, la pena.

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