jueves, 14 de agosto de 2008

Me tomo el atrevimiento de "secuestrarle" este párrafo a mi amiga Delfina, de Hijos del Sol, porque es espléndido:

Tendrás que ir traves del miedo y aceptarlo como una realidad humana. No hay necesidad de escapar. Lo que se necesita es profundizar en ello, y cuanto más profundices en el miedo te darás cuenta que es menor de lo que crees. Cuando llegues hasta el fondo te reirás, no tienes nada que temer. Y cuando desaparece el miedo aparece la inocencia, y esa inocencia es el Summum Bonum, la esencia en sí del hombre religioso. Esa inocencia es poder. Esa inocencia es el único milagro que existe. Partiendo de la inocencia puede suceder cualquier cosa, pero no te convertirás en un cristiano ni en un musulmán. Por esa inocencia te convertirás simplemente en un ser humano, aceptando totalmente tu normalidad, y viviéndola con alegría, con agradecimiento hacia toda la existencia. La existencia no es un concepto. Está a tu alrededor, por dento y por fuera. Cuando eres completamente inocente surge un agradecimiento profundo. No pides sino que agradeces lo que ya te ha sido dado. Te han dado tanto. ¿Lo merecías? ¿Te lo has ganado? La existencia te colma de tantas cosas que no hay necesidad de pedir más y agradecer por lo recibido. Y lo más hermoso es que cuando estás agradecido, la existencia sigue colmándote de cosas. Es un círculo: cuanto más tienes, más agradecido estás; cuanto más agradecido estás, más recibes... y esto no tiene fin, es un proceso infinito..

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