viernes, 16 de octubre de 2009

digo yo...

Cuando hayamos pasado revista a todos los latidos acelerados del corazón, cuando hayamos recordado cada vez que contuvimos el aliento, cuando sepamos de cada unade las veces en que nuestra alma pendió de un hilo, será más fácil.
Porque sabremos que, ante el nuevo "acelere", o la respiración difícil, o el alma colgante, hay siempre (siempre), un mas allá, un de otro lado de, y que tales momentos en que la vida parece detenerse existen solamente para que nos carguemos más aún, de VIDA, y le devolvamos así un poquito de tanta maravilla que hace por nosotros cada amanecer.

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