domingo, 7 de noviembre de 2010

hoy

Un día tórrido en la ciudad. El viento arremete furioso, un viento caliente que, lejos de aliviar el sofocón, lo incrementa.
Las calles desiertas hacen que uno espere ver aparecer peregrinos en camello en cualquier momento.
Todo se mueve, por el viento, pero nada se mueve. O nadie. La comunidad ha quedado paralizada por un día que alguien teletransportó desde el Magreb a Venado Tuerto.
Adentro, no es más liviano.

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