Va un poema:
Luces de amor en las alas,
sueños de rosas y cantos.
Llueve una lluvia zafada
por entre el sol y el quebranto.
Noches de ávidas lunas
saltan el bosque de cantos.
Y en el nubarrón del salto
vuela la aureola de un hada.
Suben del suelo emociones
de duendes no conformistas,
y, atodas luces, la vista
de sus tretas y pasiones
asciende un son de perdones
para el buen malabarista.
lunes, 29 de octubre de 2007
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