sábado, 6 de septiembre de 2008

de fugas y otras yerbas

Me veías huir del paraíso; una huida estudiada, un final sin después. Y lloraba en la puerta del cielo, como pidiendo a gritos no me encierren otra vez.

Me veías salir de los palacios, zapatos en la mano, y en un hilo la voz. Correr enloquecida, entrar en la casita, y agitar un caldero para el guiso de hoy.
Me veías huir de los salones donde la sociedad amasaba la fiesta principal. Descubrías un enano pisando mis talones, que quería ir a la plaza a jugar al carnaval.
Me veías escapar de los cuarteles, después de la visita a algún novio conscripto, jurando en esloveno que ni aunque fuera otra volvería a pisar la casa del milico.
Me veías rajar de las pasiones, por siempre sopesando alguna razón más.
Y me viste rajar, definitiva, en busca de tus brazos, entre el aire y el mar.

No hay comentarios: