martes, 9 de diciembre de 2008

entonces

Y toda la angustia, todas las vacilaciones, todos los fantasmas, se diluyen en ese instante en que das el salto al vacío.
Entonces, las sombras negras que opacaban tu visión empiezan a disiparse.
La niebla espesa se desvanece en la nada.
Poco a poco, los colores empiezan a ser más brillantes. Las caras, más nítidas. La Naturaleza más vívida.
Y después de muuuchos años en lacuerda floja de los miedos, un día el presente adquiere alas.
De una vez por todas, tu sonrisa es genuina. Tu música interna marca los compases de esa luz que palpita detrás de tus pupilas.
Al fin ha llegado el nuevo amanecer.

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