viernes, 14 de mayo de 2010

amaneciendo

Levantarme con el ímpetu de todos los días.
Algunas nubes negras amenazan tormenta.
Salir a fundar soles o a conjurar estrellas.
La huella del presente, el pasado la ignora.
Subir a cada hora una apuesta a la frente.
Desgajar frustraciones como quien atomiza
las garras del león con las manos del viento,
la furia de las fieras, apenas con sonrisas.
Descubrirse de nuevo sembrando primaveras,
donde quiera que sea que pueda haber un brote.
Colgarse del escote de la vaca lechera,
y fundar el primer desayuno masivo.
Amasar a los vivos hasta hacerlos povillo
de sus propios orgullos, de sus autobanderas.
Y jugar a que juega de nuevo nuestro equipo:
el que sueñe más alto, se lleva las palmeras.

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