martes, 11 de mayo de 2010

siembra

A veces me pregunto si habrá un baúl de ilusiones rotas, de cantos de sirena, de esperas frustradas.
De vez en cuando labro la tierra de la ausencia, y brotan esperanzas como olivos y parras.
A veces, en la viña de mis promesas mudas, surge una cepa nueva que da un vino exquisito.
Pero otras veces siembro maíz en el desierto,y espero la cosecha como una nena en la tierra de Oz.
Sólo esas veces, que son unas cuantas, pero nunca bastantes para tirar abajo mis ganas de aleluyas, la risa se diluye en mirada perpleja, y una lágrima huérfana rueda por mi mejilla cansada. Pero no alcanza, claro, para regar la tierra, que sigue yerma y vasta como una pesadilla.
Por todas esas veces, y por las veces -otras- en que mi barrilete sobrevuela trigales, hablo hoy de la siembra de sueños y de luces, que, aunque parezca estéril, florece siempre. Siempre. Aunque busques por Venus y encuentres sólo en Marte.

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