miércoles, 1 de septiembre de 2010

poema

Hoy, que se quiebran todos los espejos
hoy que cada lágrima es un pozo infinito,
hoy que no te tengo ni me tengo a mí misma,
zozobrando en el alma de una niña que sufre,
castigo los rincones con llantos sin medida,
escondo las canciones detrás de las sonrisas
que no quieren llegar.
Mi niña está sufriendo, y se me rompe el pecho.
Mi niña está creciendo, y la tía recuerda
que no querer crecer, ni a los cincuenta,
fue su santo y su seña para no ver dolor.
Hoy que quiebran las nubes en llanto de los cielos,
y una canción sedienta me acompaña este gris,
silbo la bienvenida a los pájaros nuevos,
esperando que un canto me desgarre el perfil.

No hay comentarios: