domingo, 5 de octubre de 2008

como les iba diciendo...

El viernes llegó ¡¡¡Agus!!! a las tres, después de tres o cuatro semanas en que la madre no la dejaba venir. Al ratito, nomás, vino el nenito biónico, y entonces, como estaban ellos dos y una amiga de Agus, los invité a tomar algo a un bar de por acá cerca.

Un día bastante raro, el viernes...
Primero, un alegrón de disfrutar a estos pendex brillantes, y mucha diversión, cuando se pusieron a hablar de África, por ejemplo, al ser testigo del contrapunto entre el ángel que es Agus, con sus ideales dorados y su corazón también de oro, y las flechas envenenadas que le tiraba el sarcástico Matías, especialista en pinchar globos y en pintar con toda la escala de grises y negro las perspectivas para la humanidad...Fue divertidísimo, realmente.
A la noche Mati volvió, porque Agus y Guada iban a mirar una película, y yo lo llamé y lo invité. Después habló Marisa, así que al rato estaban Agus, Guada y otras amigas mirando la peli, y mi gurú (jeje, alias Matías),Marisa, Franky y yo, adelante, en la ex-veterinaria, comentando mis cuadros. A propósito: la "veterinaria" va cambiando la cara con el paso del tiempo...Ahora parece una galería de arte, porque mis ocho cuadros, están expuestos ahí, algunos sobre el suelo, otros sobre la pared.
Franky se puso a hacer un análisis de lo que él veía en mi primer cuandro, mi primera experiencia como pintora, que sufrió varios avatares (léase indicaciones lapidarias de la profesora), y después de verlo transformarse paulatinamente en algo que no me expresaba en absoluto, me lo traje a casa, lejos de la mirada de ella, y volví a transformarlo en un escándalo de color, que era la idea original. Él encontró allí cosas que yo no había visto, como es natural, y ratificó en mí la idea de que, por más maestros que uno se tope en el camino, la última palabra (o la última pincelada, jaja), la tiene uno...
Matías viene de Capilla del Monte, del curso de EMF Balancing. Así que nos propuso darnos un poco de energía, y Marisa y yo aceptamos encantadas. Para qué. Fue como si me hubieran puesto el Apolo 11 en el culo...Me agarró una hiperactividad incontenible; iba y venía trayendo café, llevando café, recalentando café, buscando un libro, comentando otro, corriendo a la galería a hablar con mi sobrina...Conclusión: si tiene usted, querido lector, mucha energía potencial, pero no sabe cómo cuernos liberarla, por favor, absténgase de probar con la cocaína o con el éxtasis: una sesión de Balancing es más barata e infinitamente más eficaz.

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