jueves, 20 de marzo de 2008

desayunando con "él"

Feliz comienzo de un día que pinta para atípico...
Me desperté a las cinco y media de la mañana. Inicié Internet, hice aquí algunas cosas.
Hace un rato, ya desesperada por el consabido desayuno, y aunque había picado varias cosillas, o, sería más exacto decir: restos, de cosillas, que encontré en la heladera, me encaminé al Café de la Esquina, para saborear una de las riquísimas medialunas de Nuria que sirven allí. No había.
Mientras entraba un chico con una bandeja de medialunas (otras), y la moza me las ofrecía, fui planeando un encuentro cercano.
Así que, cunado la chica partió con el pedido, cerré los ojos y me dispuse a adelantar la meditación de la mañana.
De manera que respiré hondo, fui contando lentamente del 5 al 1, me introduje (con la mente, claro), en la puerta dorada de todos los días, entré después a la casa blanquísima, con cúpula semicircular, adonde se alberga mi Yo Superior, le di un buen abrazo, y después partí hacia la derecha, sin escalas, a la Casa Rosa de mi mente.
Una vez allí, en la Casa del Amor, desplegué el escenario del bar. Me vi a mi misma sentada a la mesa...y, frente a mí, "él".
Mientras le decía una y mil veces que lo quiero, que no es otra cosa que la más cruda, o no tan cruda, verdad, lo "veía" sonreír y hacer esa mueca tan suya de fruncir la nariz en un mohín adorable.
Después empecé a respirar hondo nuevamente, contando lentamente del 1 al 5. Abrí los ojos, y allí estaba la moza, con el pedido.
Qué comienzo de día tan adorable!...

No hay comentarios: