sábado, 28 de noviembre de 2009

divagando

Si me das cuerda, te cuento que mi trompo tiene un uso limitado. Que se caen los sueños de costado mientras yo me ilusiono con cortinas. Que entre bambalinas se cuecen las historias que guardo entre los dientes cuando asoman los inocentes de la peli ésta, donde cada romance es una encuesta y cada concreción un simulacro. Donde se venden viejos los estrenos y se echa de menos al novato. Donde cualquier rumor es desacato y cada conquista una derrota. Donde piden permiso los piratas y las monjas se casan con herejes, para engañarlos luego con grumetes que montan cuadros surrealistas en los trenes. Porque ha de haber razones para que todos los sinsentidos suenen bien. Y verdades a mares que destrocen señales convenidas hace dos mil años. Si volver al rebaño significa hacer la buena letra del guión, a mí me cuadra el revés de la función y este paso de último peldaño.

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