viernes, 20 de noviembre de 2009

un poema

Sin saber qué decir, miro el vacío.

Y por entre los agujeros de la página
emerge una palabra, blanda, propia,
que se mete a jugar con los cristales.
Cristales de palabras repetidas,
estrofas de unos versos ya cansados,
repeticiones harto indecorosas
de versos a trasmano.
Ella aparece así, sin previo aviso.
Se asoma entre los punto y las comas,
esquiva ecos y palabras mustias.
Se introduce por todas las rendijas
y destierra la angustia.
Me nace un poema leve, inesperado;
me nace algún poema no invitado.
Y muchos más me nacen, y me crece
una comunidad de repatriados.

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