martes, 5 de junio de 2007

Anochece en la ciudad.
Va un poema:

Sentada en el umbral de una caricia,
viendo pasar aviones de recuerdos,
desvalida, ingrávida, perdida,
como un cuento olvidado en el espejo,
huyo de vos, vengo de vos, me vuelvo,
para encontrar que es nuevo lo que veo,
que ya no importás vos, tu voz, tu celo,
que mo importan pasados ni pesares;
ni condenas, ni crítica o venganza,
ni descarte, desilusión o reto;
sólo importa esta vez mi vida nueva,
que te excluye, entero.

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