martes, 18 de diciembre de 2007

emociones desatadas con júlico final
Después de un día agotador, el de ayer, en el que me peleé mentalmente con media humanidad, aunque al final fue coronado por los Pájaros en la tele, y uno mucho más tranqui, el de hoy, en el que sin embargo afloraron a mi memoria muchos episodios que me tuvieron en un feroz subibaja emocional, me siento ante la máquina a escribir, ya de vuelta del tour mental del día...digamos, lo que pueda.

Y entre lo que puedo contaré que estuve revisando mis carpetas del correo, y me encontré con algunas palabras de Cortázar (Julio, siempre Julio, eternamente, Julio!), ya fueran cuentos o incluso un discurso, muuy, muuy luminoso, sobre el valor de la palabra, y sobre la necesidad de defenderla de las distorsiones arteras a las que las someten quienes con eso intentan sacar algún rédito de la confusión, que realmente me alegró la noche.

No me queda mucho más para decir. Cada vez que vuelvo al enorme placer de leerlo, acabo por preguntarme cómo cuernos nuestras cabezas han sido siempre tan sincrónicas, a pesar de habitar hace rato espacios diferentes, y no me refiero a Francia o la Argentina, sino a algo más amplio.

Será, como han dicho por allí, que el amor no tiene ninguna clase de fronteras...

¡Te quieroooooooo, Julitooooo!!!!!!!!!!!!!

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