jueves, 6 de diciembre de 2007

Reflexión

Parece ser que es cierto, nomás, que cuando se abre una flor al olor de la flor se le olvida la flor.
El que en lugar de percibir una rosa al olerla, huele a estiércol, que se revise a sí mismo:lo nauseabundo no está en la obra de arte (como diría Buonarotti) sino en los órganos de percepción de la persona en cuestión...
¿Fui clara?

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