viernes, 6 de junio de 2008

para todos

Sin saber qué decir, en esta tarde radiante que empieza a caer, invoco a todos los Seres de Luz para que canten conmigo (yo, de la boca para adentro, jeje), el Himno a la Alegría, que es lo que me despierta este otoño luminoso, tan parecido a un anticipo de la primavera.
La Luz es en el planeta. ¡Y así es!
Agradezco infinitamente todos los escollos del camino, todos aquellos callejones, supuestamente sin salida, que transité una vez, todos y cada uno de los contactos de tercer tipo perjudiciales, porque, como todo, cuando el tiempo les sacó la careta, revelaron haber sido para mi mayor bien.
Envío desde aquí miles de vezoz y abrazos a todos los amigos remotos, que saben muy bien que lo son, y que desde el '90 para acá me apuntalaron en cada recodo del camino, en cada aparente lapso de oscuridad, en cada extravío del rumbo. También a los amigos "de carne y hueso", esos, que funcionaron tan eficientemente como brújula, cada vez que el norte amenazaba con perdérseme.
Y muy bien podría decir, como Violeta: "Gracias a la vida...que me ha dado tanto...".

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