martes, 17 de julio de 2007


en auxilio de la Tierra


Hoy es un día hermoso.

A las siete y once minutos de la mañana tocaba hacer una hora de meditación o de oración para encender la rejilla del planeta; esto es, para estimular la conexión entre toda la gente que lo habita, para así poder acudir en auxilio de la Tierra, que necesita urgentemente esta sanación.

Le avisé a toda la gente que pude.

Me desperté a las cinco, excitada por la posibilidad de que se me pasara la hora.

Durante una hora exacta, estuve escuchando música de Serrat (Utopía), de Fenna de la Maggiora (una que dice "sólo se trata de estar en paz, aunque te suene hippie y gastado"), de Mozart, de Vivaldi, y la maravillosa Cita con Ángeles de Silvio Rodríguez, que "casualmente" suena en mi compactera, otra vez, mientras escribo estas líneas.

Entonces imaginé al planeta interpenetrado y rodeado por una rejilla dorada que lo conecta consigo mismo, con el sistema solar, con la galaxia y el Universo.

En el transcurso del día seguramente recibiré mails contando cómo anduvo esto; aviso, para los que recién se enteren y crean que llegaron tarde, que como el tiempo, en dimensiones superiores, no es lineal, pueden unirse en cualquier momento del día a este S.O.S. para nuestra querida madre Tierra.

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