domingo, 22 de julio de 2007

Va un poema:

Los días del alud
quedaron lejos
los llantos al espejo,
las historias,
el sube y baja eterno
de la noria,
tu añorada inquietud
y el canto viejo.
Los días del final
se sumergieron
tu guirnalda y mi ayer
en bambalinas,
me donaron el sueño
las cansinas
manos del destino
y al volver
del sueño y de la noche,
de los plazos,
de las esperas rotas
y los trenes,
se conjuró el adiós
en los andenes,
se matizó el rubor
con los reproches
y la cuota
de dimes y diretes,
aquel viaje tardío de las horas
se terminó por fin,
con las demoras,
y fueron más de tres,
o casi siete
las risas que emití
al volverte a ver.

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