sábado, 19 de mayo de 2007

anochecer de un día tranquilo

Hoy cerca del mediodía fui a tomar un café con Cris, después de haber atendido a una alumna nueva que se presentó declarando no saber nada y a ¡3! días de la prueba...
Cris me estuvo contando sus dificultades para insertarse en Venado, cómo, y hasta qué punto, tener un apellido conocido le juega en contra, porque recibe propuestas laborales de lo más interesadas, siempre intentando sacar partido de la reputación de su familia.
Hace como cuatro años que está acá, y todos los trabajos efectivos que tiene son en Rosario o Buenos Aires, así que se la pasa viajando.
Estábamos en Molly Malone (Irish Pub, bar irlandés), un bar que se instaló hace unos pocos meses, todo decorado con los colores de la bandera de Irlanda, con sillas muy de bar, sólidas, de una madera maciza y sin adornos. Parece que mucha gente ha recalado en el lugar como una alternativa a los bares architrillados de la calle Belgrano, la calle principal.
Ahora mamá está despidiendo a Daniel y Cristina, nuestros vecinos de al lado. Se han quedado conversando en la puerta de mi casa, después de haber charlado a oscuras aquí, en el lugar donde tengo la computadora, no sé si porque no querían que los vieran de afuera (la puerta es de vidrio) o por qué.
Escucho a Joan Baez suavemente, y la música llena mi espíritu.

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