viernes, 11 de enero de 2008

Hoy va de poema:

Llegó el remanso azul.
Vuelan canciones.
En el baúl en cruz
de los gorriones,
donde guardo futuros
repasados,
donde estiro pasados
inauditos,
donde les cuelgo el sayo
a los benditos
y especulo castigos
a leones,
hoy fulge amanecer
de canto y coplas,
hoy se engancha el ayer
al lavarropas,
hoy se pisa el cordón
el delincuente,
y se cae, y se caen
los dementes
en un abrir-cerrar
de nubes fuertes,
con místicos vestidos
de algodón.
Hoy es nueva la aurora.
No parece
un cuento repetido que le crece
al horizonte añil.
Hoy ni el alfil
demora la jugada;
hoy es nueva la cara
que le estrena
mi canción,
a los postes y a las penas
de bandoneón ajeno
y propias musas.
Hoy se esconden
y vencen, las excusas
cantando un tango vil,
desaforado
como las golondrinas del pasado
que no importan oscuras
ni volvientes.
Hoy en el vientre de tu voz
yo esgrimo
mi cincel de arrabales
y de limo,
enumerando coces solidarias
para mandar al fin
a funerarias
a cada mal agüero del destino.
Hoy, que quiero tomarte,
tomo el vino
que generosamente me regala
tu bodega de vítores,
aplausos,
tu bodega de sol
y de uvas negras.
Hoy, que ruge la tierra
un aleluya,
se achican las veredas
de la angustia
y aparece la calma
en una esquina.
Hoy, que es fiesta
de encuentros y señales
tiraré por la ventana
todos y cada uno
de los males
al desierto de ayer,
y de este roce
entre tu vino
mojando mi garganta
y yo, la yegua cósmica
con coces en camino,
brotará una vez más el desatino
de regalar mis rosas
al maleante
que me robó el amor,
como si antes
sólo fueran ensayos,
borradores,
de esta tibia verdad,
que mil amores
dibujan en mi pecho
de neón.

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