lunes, 7 de enero de 2008

Jor

Pensaba no volver a escribir en este blog.
Pero hoy decidí que quizás, con viento a favor, un astronauta me lea y decida venir a rescatarme.
De modo que aquí estoy, otra vez.
Esta tarde estuve con Jor, hablando de mis aventuras rosarinas.
Nos reímos a pata suelta durante tres horas, hasta que a mí me agarró la veta trágica y decidí empezar a contar mis desventuras.
Fue allí donde Jor empezó a dormirse, y entre bostezo y bostezo, hacer alguna acotación pertinente con la media neurona que le quedaba en pie.
Jor es la hija de una amiga, que es más amiga mía que la madre, en realidad. Está por recibirse de médica, pero eso no quita que baile flamenco, aprenda numerología y tarot, y se interese por absolutamente todo. Rara avis, si las hay, dado que ene sa facultad todo el mundo parece (o al menos parecía, hasta hace unos años) cortado por la misma -aburrida- tijera. Es por eso, precisamente, que la quiero tanto.
A domani, o até logo, o hasta quién-sabe-cuándo.

No hay comentarios: