viernes, 13 de abril de 2007

gajes del oficio

Un día agitado.
Empecé la mañana yendo por ahí con Cris, la acompañé al banco, la esperé en un bar.
Miento: antes de eso, riguroso desayuno en el bar de enfrente.
Ya a la tarde, me llamó: primero, una chica para ver si la podía preparar en portugués. ¡Claro que sí!
Y después, un señor que quería que le hiciera una traducción de una hoja de Internet. ¡Claro que también!
Ahora estoy esperando que venga a buscar la traducción.
Entre medio, hacer malabares para tratar de encontrar en esta ciudad un mísero libro de texto de portugués, para esta alumna. Ni que nos fuera un idioma tan ajeno...Si en todos lados nos hace falta!...
Bueno, el caso es que todavía no lo consigo.
Vea usted el próximo capítulo.

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