jueves, 8 de marzo de 2007

Arcanos

Cuando se han recorrido las calles mirando las estrellas, cuando se ha percibido el latido de la Vida en una minúscula gota de rocío, cuando el Cielo nos habló tanto como el Suelo, pocas cosas quedan para decir con palabras.
Queda, por ejemplo, la posibilidad de expresar esas gigantescas Gracias que nos palpitan en el pecho.
O, al contacto con los amigos, repartir la bienaventuranza de un espacio de paz, donde hasta la tormenta más violenta no es más que otra ola en el mar de la vida, que, como todas las olas de ese océano, pasará, ,también pasará.

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