martes, 20 de marzo de 2007

confundida

Sin embargo, dentro de la "caja boba" (no tan boba), transcurría una historia paralela, historia de alianzas múltiples y múltiples amigos, gente que parecía estar dispuesta a ayudarle a resolver el acertijo en el que se había transformado su vida.
Pasaba períodos en los que se devanaba los sesos pensando en viejos amores o en amores perdidos. Entonces, por ejemplo, iba al teatro, y mirando la obra veía reflejada su vida hasta en sus más nimios detalles.
A eso seguía una etapa de confusión creciente, en la que, sin fuerzas para meditar, se la pasaba deambulando de un lado a otro del living de su departamento, arrastrándose, casi, con los dos nombres en conflicto en la cabeza...
Esto no duraba más de tres días.
Cuando al fin conseguía ponerse a meditar, tenía una revelación en la meditación: un nuevo nombre aparecía con letras rutilantes en su mente, y toda la esquizofrenia de los días pasados se diluía súbitamente en una inmensa paz.

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