sábado, 24 de marzo de 2007

sembrando

Pasaba períodos en que su único referente era el afuera; de manera que, cuando, por ejemplo , se devanaba los sesos entre un viejo amor y un cantautor famoso, llevaba a una amiga a tomar un café e iba respondiendo a las sugerencias que los comentarios de su amiga generaban en su mente, siempre en función de la duda que la carcomía.
De donde resultaban diálogos que podían parecer dramáticos, pero que vistos de afuera eran quizás desopilantes.
Por ejemplo, cuando le decía a su amiga que los escorpianos eran todos mala gente (su viejo amor era escorpiano), y la amiga, que también lo era, le respondía que había habido escorpianos como Gandhi...
Después de unas cuantas "sesiones" de este tenor, por supuesto, la amiga terminaba consultando a un psiquiatra, cada vez más llena de dudas sobre quién era, qué quería y adónde iba...

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