viernes, 9 de marzo de 2007

vientos de cambio

Un momento de furia, un momento irreflexivo, puede extender sus garras a lo largo y ancho de toda nuestra historia.
Acostumbro dejarme llevar por una impresión, por un cambio de estado de ánimo, por una sensación pasajera.
En medio de todo esto suele haber imperios que se derrumban, nombres ilustres que pasan al olvido, caricias que se hacen polvo.
Estoy temblando entre un pasado reciente venturoso y un futuro incierto. Entre un hombre que dividió mi vida en dos, como las aguas del Mar Muerto, y esta soledad que arrecia cada vez con más fuerza.
Pero no todo es bruma y cieno: también hay sonrisas australes, gestos de amistad, manos abiertas, palabras solidarias.
Y un anhelo, un anhelo feroz y fecundo, de expresar este torrente de emociones y lanzarlo al mundo.

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